La maquina.

Le dije al anticuario que el precio que pedía por esa máquina era muy elevado, al principio se molesto, pero finalmente reconsidero mi oferta e hicimos la transacción.

Era una maquina parecida a un transformador de corriente eléctrica que existen en los diferentes sectores eléctricos de las ciudades, con la diferencia de que esta era más cilíndrica y grande; tuve que hacerle algunos ajustes, debido a su antigüedad y ciertas anomalías que presentaba en lo que podría ser una fuente sonora de baja frecuencia, al final del dos días de trabajo ya funcionaba bien.

Al encenderla, comenzó a hacer un ruido bastante molesto que posteriormente se fueron agudizando, hasta hacerse casi que imperceptibles, la habitación comenzó o llenarse de haces de luz de una tonalidad por fuera del espectro electromagnético, no encontré color para designarle a esa luz en la amplia gama que ya conocía. Al percatarme de mi alrededor figuras traslucidas se encontraban observándome y murmurando entre ellas, incluso algunas se atrevieron a intentar tocarme, pero lo único que sentía era una fría caricia atravesar mi piel, que parecía congelar mi sangre e intentara romper la carne que apresa mi alma. Recorrí el lugar y seres de muchas formas y tamaños poblaban este sitio, el cual, era un vacio infinito sin nada que observar, a demás de estas criaturas, y disfrutar; de repente, todo a mi alrededor se oscureció, el zumbido que retumbaba en mis oídos se ahogo, seguido de un olor a madera y goma quemada, que penetro hasta mis pulmones, esto y la temperatura en aumento de mi alrededor me hicieron retomar mis sentidos, para percatarme de las flamas que adornaban la habitación. El incendio fue controlado, pero la maquina quedo inservible, días después la deseche y solo quede con la satisfacción haber estado en el mas allá y ver lo que se cree no existe, a mi parecer.

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