Recuerdos de un pasado oscuro.
El cigarro humeaba lento entre los dedos del
acusado. Mientras observaba a través de los barrotes de la celda, a su mente
llegaban las moléculas de nicotina que abrían las profundidades de su cerebro. En
ese momento, se vio de niño corriendo entre la multitud de personas que
visitaban la feria que había llegado al pueblo, donde estuvo por última vez con
su madre (vestía un traje negro de encaje comprado por papá). Solo y perdido
quedo allí hasta que fue llevado a su casa por policías, en casa, su padre (el
ilustre abogado) triste se encontraba, pero él no entendía lo que había ocurrido,
aunque algo le decía que el sufrimiento llegaría a su vida a partir de ese
instante. Los golpes de su padre lo forjaron, hasta hundirse en el odio como un
barco en altamar. La sangre, el sufrimiento y muerte fueron sus únicas salidas.
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